Aspanoa invierte 120.000 € para impulsar inmunoterapias contra el cáncer infantil
Aspanoa, la asociación que atiende a los niños con cáncer en Aragón, acaba de invertir 120.000 euros para impulsar dos nuevas investigaciones contra el cáncer infantil. Ambas se centran en aumentar la eficacia de las nuevas inmunoterapias, un tratamiento que ya se está utilizando con éxito en algunos pacientes cuando las terapias habituales resultan insuficientes.
El primer proyecto lo coordina Diego Sánchez Martínez, investigador ARAID en el Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón), y se centra en la leucemia linfoblástica aguda de células T. Este es un cáncer poco habitual, que se da tanto en niños como en adultos, y que tiene una baja supervivencia. “Actualmente, estos pacientes son tratados con quimioterapia intensiva y trasplante de médula. Pero si ambas fallan, se quedan sin opciones”, explica este investigador zaragozano.
En la actualidad, el One Chain Immunotherapeutics (OCI), spin-off del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, está haciendo un ensayo clínico para pacientes procedentes de toda Europa que tienen este tipo de cáncer. Sánchez Martínez participó activamente en el desarrollo de este ensayo, basada en inmunoterapia CAR-T. Este tratamiento consiste en extraer las células T del paciente, hacerlas más fuertes en el laboratorio y volver a introducirlas en el afectado para que ataquen el tumor.

“Las CAR-T tienen muchísimo potencial y recorrido. Pero todavía no tenemos claro por qué a algunos pacientes les funcionan muy bien y a otros no”, explica Sánchez Martínez. A la espera de los resultados de este ensayo, su proyecto consistirá en combinar esta inmunoterapia con un fármaco que dificulta el desarrollo de los tumores.
Dicho fármaco actúa contra unas proteínas presentes en las células tumorales y que las hacen más resistentes a la muerte que una célula sana. Por eso, quiere combinar las CAR-T con dicho inhibidor de proteínas para ver si el tratamiento es más eficaz y persistente. “Se está viendo que un número importante de pacientes tratados con CAR-T recaen después de unos años. Y uno de nuestros retos es precisamente intentar que las CAR-T aguanten más tiempo en el individuo para evitar recidivas. La combinación con otros fármacos puede ser fundamental”.
Esta investigación se desarrollará durante los dos próximos años y se encuentra en una fase preclínica, es decir, se realizará con ratones. En el caso de resultar fructífera, a medio-largo plazo se podría diseñar un ensayo clínico.
Además del doctor Sánchez Martínez, en este proyecto participan los científicos Iñaki Arretxe, Sofía Blasco, Sandra Hidalgo, Lydia Minguel y Carmen Oñate. Además, colaboran los oncopediatras Yurena Aguilar (del Hospital Infantil Miguel Servet de Zaragoza) y Pablo Velasco (del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona).
Detectar tumores a través del azúcar
El segundo proyecto lo coordinan Eva Gálvez, científica del Instituto de Carboquímica del CSIC, y Ramón Hurtado Guerrero, investigador ARAID en el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza. Colaboran también investigadores del IIS Aragón, entre los que destacan por su participación los científicos Jorge Paúl y Julián Pardo.

Este proyecto trabajará otro tipo de inmunoterapia, en concreto, la basada en las células asesinas naturales (llamadas en inglés células NK –‘Natural Killers’-). Estas células forman parte del sistema inmune de todos los humanos y son, entre otras, las responsables de evitar el desarrollo de tumores y atacarlos cuando aparecen.
En el caso de los niños con cáncer, estas células han fallado, en muchas ocasiones porque no han sabido detectar el tumor porque este ha evolucionado y se ha hecho invisible para ellas. Esta investigación, por tanto, pretende ayudar a las NK a encontrarlo y que así puedan destruirlo.
Para ello, van a desarrollar con ingeniería genética unos anticuerpos que se dirigirán directamente al tumor. Es lo que se denomina BIKEs (anticuerpos bi-específicos de unión a células asesinas) porque cumplen dos funciones a la vez: pegarse al tumor y, al mismo tiempo, atraer a las células NK a ese punto para que puedan verlo y atacarlo.
Los investigadores quieren que estos anticuerpos reconozcan el tumor a través de los azúcares que genera, ya que se ha visto que las células tumorales etiquetan proteínas con estos azúcares de forma distinta a una célula sana. Esta diferencia de etiquetado se conoce como glicosilación aberrante.
El proyecto se centrará en el neuroblastoma, un tumor que representa el 8% de los tumores pediátricos, pero que es causante del 15% de las muertes por cáncer infantil. No obstante, como se ha comprobado que hasta el 90% de los tumores generan esta glicosilación aberrante, los investigadores tienen la esperanza de que, si este BIKE es exitoso, pueda utilizarse también para otros cánceres, como los tumores cerebrales. “Una vez hechas las pruebas de seguridad en pacientes con neuroblastoma, podrían hacerse ensayos clínicos para otros tumores sin necesidad de repetir estas pruebas”, explican Gálvez y Hurtado.
Pero para eso aún quedarían varios años, porque la investigación está en fase preclínica. Primero, necesitan testar que funciona en laboratorio. Y si lo consiguen, trabajan con la idea de convertir los BIKEs en una molécula tri-específica, que no solo tendría dos funciones, sino tres. La primera, pegarse al tumor. La segunda, atraer a la célula NK. Y la tercera, añadirle una enzima que destruya los azúcares del tumor, ya que estos favorecen su desarrollo. Otra opción en la que trabajarán es que dicha tercera función sea atraer células T hacia el cáncer (las de las inmunoterapias CAR-T), haciendo que este sea atacado tanto por las NK como por las T, con el objetivo de aumentar las posibilidades de éxito.
Importancia de las ayudas de Aspanoa
Los dos grupos de investigación coinciden en la revolución que están suponiendo las nuevas inmunoterapias y destacan la importancia de estas becas de Aspanoa. “Este tipo de enfermedades son poco investigadas y las asociaciones de pacientes cumplen un papel fundamental”, explica Diego Sánchez Martínez, quien además añade que en su caso esta ayuda es “un punto de inflexión” para que su grupo siga creciendo y consolidándose.
Por su parte, el doctor Hurtado explica que haber ganado esta convocatoria les va a “ayudar mucho”, ya que les permitirá contratar a un investigador y “acelerar el proyecto”.