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Un grupo de padres quisieron plantar un árbol en el jardÃn de la residencia, un magnolio. Pero este árbol es un árbol especial, un árbol cargado de sentimientos, de amor, de cariño ; es el árbol del recuerdo, el recuerdo  de todos nuestros chicos que ya no están con nosotros.
Aquà estará muy bien cuidado y seguro que en poco tiempo muestra una bonitas flores que darán alegrÃa y esperanza a nuestra residencia y será el árbol de la alegrÃa y de la vida.
Tras pasar una grata jornada y estancia en la residencia, al dÃa siguiente un grupo de nuestro voluntarios realizó un taller de risoterapia para ellos, ! que bien lo pasaron ¡ y que risas!
Un fin de semana cargado de emociones, sentimientos, y también risas y buenas comidas.
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